viernes, 10 de julio de 2009




Que sea verde por más tiempo, depende de nosotros.



Mucho más grave - Mario Benedetti



Todas las parcelas de mi vida tienen algo tuyo
y eso en verdad no es nada extraordinario
vos lo sabes tan objetivamente como yo.
Sin embargo hay algo que quisiera aclararte:
cuando digo todas las parcelasno me refiero solo a esto de ahora
a esto de esperarte y aleluya encontrarte
y carajo perderte,
y volverte a encontrar,
y ojalá nada mas.
No me refiero a que de pronto digas
voy a llorar y yo,
con un discreto nudo en la garganta,
bueno, llorá.
Y que un lindo aguacero invisible nos ampare
y quizás por eso salga enseguida el sol.
Ni me refiero solo a que día tras día
aumente el stock de nuestras pequeñas y decisivas complicidades,
o que yo crea
o creerme que puedo
convertir mis reveses en victorias,
o me hagas el tierno regalo de tu más reciente desesperación.


No.
La cosa es muchisimo mas grave.
Cuando digo todas las parcelas
quiero decir que además de ese dulce cataclismo
también estas reescribiendo mi infancia
esa edad en que uno dice cosas adultas y solemnes
y los solemnes adultos las celebran,
y vos en cambio sabés que eso no sirve.

Quiero decir que estás rearmando mi adolescencia
ese tiempo en que fui un viejo cargado de recelos
y vos sabes en cambio extraer de ese páramo.
mi germen de alegría y regarlo mirándolo.
Quiero decir que estás sacudiendo mi juventud,
ese cántaro que nadie tomó nunca en sus manos,
esa sombra que nadie arrimó a su sombra,
y vos en cambio sabes estremecerla
hasta que empiecen a caer las hojas secas,
y quede la armazón de mi verdad sin proezas.
Quiero decir que estás abrazando mi madurez
esta mezcla de estupor y experiencia,
este extraño confín de angustia y nieve,
esta bujía que ilumina la muerte,
este precipicio de la pobre vida.
Como ves es más grave
muchisimo más grave.
Porque con estas o con otras palabras
quiero decir que no sos tan solo
la querida muchacha que sos
sino también las espléndidas o cautelosas mujeres
que quise o quiero.


Por que gracias a vos he descubierto,
(dirás que ya era hora y con razón)
que el amor es una bahía linda y generosa
que se ilumina y se oscurece
según venga la vida
una bahía donde los barcos
llegan y se vanllegan con pájaros y augurios
y se van con sirenas y nubarrones.
Una bahía linda y generosa
donde los barcos llegan y se van
pero vos
por favor
no te vayas.

El Amenazado - Jorge Luis Borges


Es el amor. Tendré que ocultarme o huir.
Crecen los muros de su cárcel, como en un sueño atroz.
La hermosa máscara ha cambiado, pero como siempre es la única.
¿De qué me servirán mis talismanes: el ejercicio de las letras,
la vaga erudición, el aprendizaje de las palabras que usó
el áspero Norte para cantar sus mares y sus espadas, la serena amistad,
las galerías de la Biblioteca, las cosas comunes, los hábitos, el jovenamor de mi madre,
la sombra militar de mis muertos, la nocheintemporal, el sabor del sueño?
Estar contigo o no estar contigo es la medida de mi tiempo.
Ya el cántaro se quiebra sobre la fuente, ya el hombre se levanta a la voz del ave,
ya se han oscurecido los que miran por la ventana, pero lasombra no ha traído la paz.
Es, ya lo sé, el amor: la ansiedad y el alivio de oír tu voz, la espera
y la espera y la memoria, el horror de vivir en lo sucesivo.
Es el amor con sus mitologías, con su pequeñas magias inútiles.
Hay una esquina por la que no me atrevo a pasar.
Ya los ejércitos me cercan, las hordas.(Esta habitación es irreal; ella no la ha visto).
El nombre de una mujer me delata.
Me duele una mujer en todo el cuerpo.

Ni más alta, ni más maciza, ni más morena.


Hay cosas para las que el dinero no marca la diferencia y otras para las que el mismo precio no tiene el mismo valor. Ilustro con ejemplo: 20 euros no son lo mismo si me lo gasto en un libro que en una camiseta. Por eso me paso la vida torciéndome la columna a base de ladrillos a los que no me puedo resistir, y yendo de tiendas al armario de mi madre. Lo más normal es que las nacidas en los sesentas me digan que qué bonita mi camisa y las de mi quinta que qué bien mi nuevo peinado. Claro, sí, y los que hablan conmigo que qué listilla. Si es que lo tengo todo, y siendo así, para qué voy a cambiar si hasta puedo beber Nestea sin poner cara de asco.

Pero como dice cierto profesor de mi buena amiga Error: la necedad del hombre, siempre acechando. Y claro, yo no voy a ser menos. Ni corta ni perezosa, me he tomado este tiempo de asueto con el sincero propósito de cambiar.

No lo he conseguido. He hecho otra mudanza, me he ido de vacaciones, he cruzado el Atlántico, lo he descruzado, y sólo sigo siendo exactamente igual. Esa que se fue, es la misma Esa que que ha vuelto.

La Espera


"El hombre impecablemente vestido mira a un lado, luego a otro; examina. Finalmente, este banco le parece apropiado. Desde él puede observar a todo el que entra y sale del hotel; sobre todo a quien sale.O sea, que ahí le tenemos, sentado en el banco de hierro, la mirada atenta y una pierna sobre la otra. Y no le preocupa haber salido del trabajo sin avisar, ni el sol de justicia, ni la larga espera; nada de eso le importa. No ya. Está decidido.Con lo que no contaba es con que un mendigo ocupase el banco contiguo. Además de lo ingrato de la vista, estaba ese hedor a orines, a sudor rancio y a algo que no lograba identificar. Pensó en mudarse de banco, pero, tras una rápida ojeada, decidió que era el mejor sitio para espiar la entrada del hotel. Para su sorpresa, no tardó en habituarse al olor, y pronto pudo respirar sin necesidad de cubrirse la nariz.Otra cosa era el frío. La muy puta tardaba en salir y había empezado a soplar un viento helado. Es lo que tiene la meteorología. Se subió el cuello de la chaqueta y encogió el cuerpo, pero ni con ésas. Por el rabillo del ojo comprobó que el mendigo se había abrigado con sucesivas capas de periódicos. No era mala idea. Disimulando, recogió algunas hojas del suelo y se tapó con ellas. No era gran cosa, pero algo hacía.Distinto fue la lluvia —la meteorología, además de caprichosa, puede ser inclemente—. Dudó bastante antes de atreverse a buscar unos cartones y resguardarse bajo el banco —lo mismito que el mendigo—, pero, a estas alturas, no iba a andarse con remilgos.Al fin la vio salir. Iba de la mano del otro y reía a boca llena. Se despidieron al trasponer la puerta y se alejaron, el uno calle arriba, la otra calle abajo. El hombre bajo el banco tuvo un momento de indecisión, pero a renglón seguido lo dispuso: calle abajo. Tenía las piernas entumecidas y le costó alcanzarla. Al llegar a su altura, trastabilló y apenas pudo proferir un exabrupto ininteligible. No obstante, ella lo advirtió, porque se giró y, mirándolo apenas, se cubrió la nariz y le dijo:—No tengo nada—. Enseguida reanudó la marcha."

Volátil

" El sol deshizo las manos en sudor. Las gotas traspasaron las hojas caídas,
en desorden, sobre el febril suelo de azulejos que evaporaria sus palabras."
Beatriz Montero, Spain

¿Quien Soy?


No sé realmente quién soy, pero vivo atada a las palabras, y tengo claro que los atardeceres deberian ser patrimonio de la humanidad. Además, creo que la mejor forma de aprovechar el tiempo es permitiéndonos perderlo un poquito de vez en cuando.

Leyendas Urbanas

¿A que se le llama Leyandas Urbanas? ¿Qué son y como nacieron?

Las leyendas urbanas son relatos pertenecientes al folclore contemporáneo que, pese a contener elementos sobrenaturales o inverosímiles, se presentan como crónica de hechos reales sucedidos en la actualidad. Algunos parten de hechos reales, pero éstos son exagerados, distorsionados o mezclados con datos ficticios. Circulan a través del boca en boca, correo electrónico o medios de comunicación como prensa, radio, televisión o Internet. Suelen tener como trasfondo una "moraleja".

Una misma leyenda urbana puede llegar a tener infinidad de versiones, situadas generalmente en el entorno de aquellos que las narran y reciben. Por su adecuación a la sociedad industrial y al mundo moderno reciben el calificativo de "urbanas", que las opone a aquellas leyendas que, habiendo sido objeto de creencia en el pasado, han perdido su vigencia y se identifican con épocas pasadas. A menudo, el narrador presenta a los protagonistas de una leyenda urbana como conocidos o parientes de alguna persona cercana (por lo que se las conoce también como "historias de un amigo de un amigo").

El término fue acuñado por el folclorista estadounidense Richard Dorson quien definía la leyenda urbana como una historia moderna "que nunca ha sucedido, contada como si fuera cierta".

Las historias en cuestión reciben diversas denominaciones por parte de quienes las usan y difunden: en Cuba, por ejemplo, se las conoce como bolas o cuentos de camino. En Colombia se las llama simplemente cuentos. Entre los mismos estudiosos, no falta quien prefiere catalogarlas como leyendas a secas, considerando que su función sigue siendo la propia de este género.

Características




El rasgo más importante de las leyendas urbanas es su carácter internacional: la historia del submarinista que es recogido accidentalmente por una avioneta contra incendios y la cual lo deja caer sobre el fuego causando su muerte, se cuenta con mínimas variaciones en su estructura en distintos lugares de América del Norte, Europa y Australia , por citar sólo algunos sitios por donde circula esta leyenda.

Para que una historia ficticia se convierta en leyenda urbana es preciso que se difunda de forma anónima como verdadera y se convierta en fuente de información, potencialmente útil para prever o evitar hechos futuros.

La leyenda urbana puede inspirarse en cualquier fuente, pero incluye a menudo un elemento misterioso, incomprensible o chocante. Rara vez resulta posible localizar el origen preciso de una leyenda urbana. Cuando el investigador se enfrenta a una de ellas, se encuentra con varios relatos extendidos por distintas zonas, construidos a partir de un mismo esquema, pero adornados con detalles muy variados.

Las leyendas urbanas tienen una estructura más compleja (planteamiento, nudo y desenlace) que los chismes, rumores y bulos. No pretenden, como éstos, desacreditar a una persona en concreto, sino que abordan una "problemática" que afecta a muchas. La trama está urdida en función del desenlace, en el que a menudo se concentra el mensaje, al modo de la moraleja de una fábula.

La leyenda urbana suele contarse como si fuera un suceso verdaderon o, al menos, verosímil. Ello exige que los personajes sean meros arquetipos anónimos, "un hombre", "una mujer", "una pareja" o "un conocido de un amigo", el cual el narrador de la leyenda urbana no conoce personalmente, aunque situados siempre en escenarios concretos (una determinada ciudad, calle, país) que contribuyen a hacerla creíble. A menudo, el protagonista es un "amigo de un amigo", relativamente cercano al oyente, pero no tanto que resulte viable consultarle sobre los hechos.

Desde finales del siglo XX, la difusión de las leyendas urbanas ha encontrado un aliado en la Red, integrándose en el llamado el Netlore [Folclore (lore) de la Red (net)].

Los restos humanos de Walt Disney están guardados en un nicho junto con los de su familia. Jamás fue criogenizado o, cómo se suele decir, "congelado". Esta afirmación es una de las leyendas urbanas que más persiste en el inconsciente colectivo.

Una leyenda urbana puede basarse en una historia cierta, pero adquiere su condición legendaria cuando lo que sucedió a una persona en un lugar y tiempo concretos pasa a contarse como sucedido a varias personas en diversos lugares, y los elementos de la narración se transforman para volverla más atractiva y significativa. Así, es un hecho probado que algunos músicos de rock se consideran satanistas o se han interesado por este fenómeno religioso, pero presentar la historia del rock en su conjunto como la manifestación continuada de un culto diabólico, estableciendo relaciones entre hechos puntuales, exagerándolos e introduciendo otros hechos ficticios, entra de lleno en lo legendario.

Algunas leyendas urbanas



Están muy extendidas las leyendas urbanas relacionadas con el tráfico de órganos. La mayoría tratan de personas que han sido secuestradas con el único fin de extirparles un riñón después de asistir a una fiesta o de consumir alguna droga, generalmente en un lugar poco recomendable. La posible moraleja de esta leyenda urbana es que uno no debe fiarse de los desconocidos.
Otra leyenda urbana muy conocida en españa es la del extraño incidente del programa televisivo, presentado por Isabel Gemio, "Sorpresa, Sorpresa" en los 90. Se decía que el cantante Ricky Martin se llevó una desagradable sorpresa al encontrar a la niña que iba a sorprender untándose con mermelada, helado u otra sustancia para realizar un juego erótico con su perro.
Existen decenas de leyendas urbanas acerca de esta famosa bebida.
Hay numerosas leyendas acerca de la Coca-Cola y sus propiedades. De este producto se ha dicho que su fórmula secreta es capaz de descomponer trozos de carne, que desatasca las tuberías, que sirve para aflojar los tornillos, limpia las manchas de grasa en la ropa y es un poderoso espermicida. Se ha demostrado que todo esto forma parte de la leyenda urbana. También mucha gente cree que en Estados Unidos se realizó una prueba en un cine para comercializar la bebida. El supuesto experimento fue realizado por James Vicary en 1957 y consistía en incluir uno o dos fotogramas por minuto con la marca. En 1962 Vicary fue entrevistado por la revista Advertising Age y declaró que el experimento en realidad era una mentira que se llevó a cabo debido a que su empresa pasaba por dificultades económicas. Por lo tanto no se puede afirmar con certeza ni la realización de la prueba ni sus resultados.

Algunas leyendas urbanas, colindantes con el rumor, se refieren a personas famosas. Tal es el caso de la presunta muerte de Paul McCartney (ex bajista de The Beatles) en un accidente de tránsito en 1966, tras la cual pasó a sustituirlo un doble. Los fans creyeron haber encontrado pruebas del hecho en las canciones y portadas de los discos posteriores a aquel año.

Otras leyendas urbanas son que los taiwaneses comen fetos de bebés, que en los restaurante chinos se sirve carne de perro, que en las alcantarillas de Nueva York viven cocodrilos ciegos,solo para nombrar algunas otras.

La Yerba Mate




De noche Yací, la luna, alumbra desde el cielo misionero las copas de los árboles y platea el agua de las cataratas. Eso es todo lo que conocía de la selva: los enormes torrentes y el colchón verde e ininterrumpido del follaje, que casi no deja pasar la luz. Muy de trecho en trecho, podía colarse en algún claro para espiar las orquídeas dormidas o el trabajo silencioso de las arañas. Pero Yací es curiosa y quiso ver por sí misma las maravillas de las que le hablaron el sol y las nubes: el tornasol de los picaflores, el encaje de los helechos y los picos brillantes de los tucanes.


Pero un día bajó a la tierra acompañado de Araí, la nube, y juntas, convertidas en muchachas, se pusieron a recorrer la selva. Era el mediodía y, el rumor de la selva las invadió, por eso era imposible que escucharan los pasos sigilosos del yaguareté que se acercaba, agazapado, listo para sorprenderlas, dispuesto a atacar. Pero en ese mismo instante una flecha disparada por un viejo cazador guaraní que venía siguiendo al tigre fue a clavarse en el costado del animal. La bestia rugió furiosa y se volvió hacia el lado del tirador, que se acercaba. Enfurecida, saltó sobre él abriendo su boca y sangrando por la herida pero, ante las muchachas paralizadas, una nueva flecha le atravesó el pecho.


En medio de la agonía del yaguareté, el indio creyó haber advertido a dos mujeres que escapaban, pero cuando finalmente el animal se quedó quieto no vio más que los árboles y más allá la oscuridad de la espesura.


Esa noche, acostado en su hamaca, el viejo tuvo un sueño extraordinario. Volvía a ver al yaguareté agazapado, volvía a verse a sí mismo tensando el arco, volvía a ver el pequeño claro y en él a dos mujeres de piel blanquísima y larguísima cabellera. Ellas parecían estar esperándolo y cuando estuvo a su lado Yací lo llamo por su nombre y le dijo:


- Yo soy Yací y ella es mi amiga Araí. Queremos darte las gracias por salvar nuestras vidas. Fuiste muy valiente, por eso voy a entregarte un premio y un secreto. Mañana, cuando despiertes, vas a encontrar ante tu puerta una planta nueva: llamada caá. Con sus hojas, tostadas y molidas, se prepara una infusión que acerca los corazones y ahuyenta la soledad. Es mi regalo para vos, tus hijos y los hijos de tus hijos...


Al día siguiente, al salir de la gran casa común que alberga a las familias guaraníes, lo primero que vieron el viejo y los demás miembros de su tevy fue una planta nueva de hojas brillantes y ovaladas que se erguía aquí y allá. El cazador siguió las instrucciones de Yací: no se olvidó de tostar las hojas y, una vez molidas, las colocó dentro de una calabacita hueca. Buscó una caña fina, vertió agua y probó la nueva bebida. El recipiente fue pasando de mano en mano: había nacido el mate.