jueves, 3 de marzo de 2011

El leopardo sonda nebuloso

                                                 Foto: The Lazy Lyzard´s Tales.

Muchos son los misterios que esconde el planeta Tierra y que los hombres aún no conocemos. Así, sabemos poco sobre el comportamiento de un sinnúmero de especies, al mismo tiempo que nuevos ejemplares son descubiertos.

Este es el caso del leopardo sonda nebuloso -sunda clouded leopard-, hallado hace pocos años en Malasia.

Las primeras imágenes del mismo fueron captadas durante 2010, en la Dermakot Forest Reserve, ubicada en Borneo.

En un principio se lo consideró perteneciente a la pantera nebulosa, una especie muy difícil de encontrar en Asia, pero luego se descubrió que es una especie separada de aquella.


Andreas Wilting, quien forma parte del Leibniz Institute for Zoo and Wildlife Research, en Berlín, contó la experiencia a la BBC: “Cada persona de nuestro equipo se sorprendió mucho cuando se encontró este ejemplar. Más sorprendente aún fue ver que estos ejemplares no temían a las luces o a los ruidos del camión. Durante más de cinco minutos, el leopardo solamente merodeó alrededor del vehículo; si se compara este encuentro con el de otros animales, parece extraño, pues la mayoría de los especímenes se atemorizan y corren una vez los hemos detectado”.


El nombre científico del leopardo sonda nebuloso es Neofelis diardi. La especie presenta dos tipos de individuos, diferenciándose aquellos ejemplares que habitan en Sumatra de los que lo hacen en Borneo.


Según indicó el sitio Mongabay, esta especie figura dentro de la Lista roja de la IUCN como vulnerable, a causa de la constante pérdida de su hábitat.

Ariana Perez Artaso





Las tres formas de la gratitud






¿Dónde reside el poder de agradecer? Desde la antigüedad, los magos naturalistas piden permiso a los elementales del bosque para entrar, o para arrancar una flor. Los antiguos hacían eso con los animales para alimentarse de ellos. Es intrínseco al ser humano agradecer, tal vez simplemente porque se siente muy bien.


Pero es innegable que esa actitud sencilla desencadena consecuencias a mediano y largo plazo que trascienden la sensación inmediata de placer. Ser agradecido permite cambiar de polaridad, y en vez de ser sólo el beneficiario de un favor o bien, uno se constituye en el emisor de otro bien: la gratitud. De esta forma, el sentimiento (como define la Real Academia Española la gratitud) se transforma en acción.

El primer escalón es cuando la sensación de estar agradecido permanece aún no expresada: su propiedad transformadora está latente, ya que todavía no hubo una manifestación hacia el entorno. En esa instancia, la gratitud enriquece sólo al individuo.

En el segundo escalón ese sentimiento se expresa, lo que tiene un efecto tanto en quien recibe la demostración como en quien la emite. Muchas veces nos creemos transparentes, pero la distancia entre sentir y compartir hace toda la diferencia. Verbalizar es una forma de hacer llegar nuestro agradecimiento a terceros, extendiendo el campo de acción de esa fuerza.

Y el tercer escalón es el más poderoso, porque en él la gratitud se vuelve acción efectiva, se materializa en hechos constructivos, cumple la función de alimentar el círculo virtuoso de la evolución. Los homenajes, los regalos, la participación son mucho más que objetos simbólicos. Representan algo, pero también tienen entidad propia, que suman a la noble función de demostrar gratitud. A través de esa forma poderosa de dar las gracias, agraciamos el mundo en que vivimos.

Yael Barcesat